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Comunicados de Prensa

Si no se realizan las inversiones que el sector necesita, en seis años Colombia perdería autosuficiencia petrolera

Si bien Colombia tiene potencial para aumentar sus reservas probadas de hidrocarburos, la caída registrada en 2015 es grave.

La producción petrolera de Colombia podría ubicarse por debajo de los 400.000 barriles promedio diario en 2022.

Bogotá, junio 1 de 2016. El Balance de Recursos y Reservas 2015, revelado recientemente por la Agencia Nacional de Hidrocarburos, deja en evidencia que Colombia tiene potencial para aumentar sus reservas probadas de hidrocarburos y para seguir aumentando su producción.

No obstante, preocupa la caída de 13 por ciento en las reservas probadas (aquellas que tienen mayor certidumbre) que impacta el volumen esperado de producción en el corto plazo, lo que ya se está evidenciando. El incremento que se registró en los recursos estimados es sustentado por un aumento de 37 por ciento en las reservas probables, posibles y recursos contingentes, que son aquellos barriles cuya viabilidad de producción tiene alta incertidumbre.

“La caída de las reservas es grave. El año pasado se añadieron 87 millones de barriles a las reservas probadas del país, pero se produjeron más de 300 millones de barriles, es decir no se están recuperando las reservas consumidas”, precisó el Presidente de la ACP, Francisco José Lloreda Mera.

Es necesario incorporar 1.300 millones de barriles a las reservas existentes desarrollando proyectos de recobro mejorado en campos existentes y la puesta en marcha de operaciones en nuevas cuencas como Offshore y Yacimientos No Convencionales, los cuales se vienen aplazando por demoras en regulación y últimamente por la caída en los precios.

La disminución de la actividad en el sector viene de tiempo atrás, por eso la ACP reitera su llamado a tomar decisiones inmediatas porque “el país no puede darse el lujo de esperar a que se reactiven los precios del crudo para tomar las medidas urgentes que se requieren”, afirmó Lloreda Mera.

Producción petrolera en declive

Una disminución sostenida en la producción petrolera es lo que se verá en Colombia en los próximos seis años si el país no logra reactivar las inversiones en exploración y producción de hidrocarburos.

Los cálculos elaborados por la Asociación Colombiana del Petróleo, ACP, indican que, en este periodo la producción en los campos actualmente activos caería a un ritmo de 15 por ciento promedio anual.

Este pronóstico ya se está cumpliendo y se evidencia en las preocupantes cifras: este año la sísmica en tierra está completamente detenida con cero kilómetros corridos en lo que va de 2016. Por su parte los pozos exploratorios solo llegan a 8 cuando en 2012 fueron 131. Así mismo, en lo que va del año solo se han realizado 40 pozos de desarrollo de una meta programada de 450, cuando el país necesita ente 900 y 1.000 pozos al año para mantener sus nivel de producción. Como consecuencia, en 2016 la producción de crudo podría cerrar en 940.000 BPD, lo que significaría una reducción de 6,6 por ciento con respecto a la cifra de 2015. Para 2017 hay una alta probabilidad de caer por debajo de los 900.000 BPD.

La única manera de detener la caída en picada de la producción de hidrocarburos en el país es con mayor inversión. Colombia requiere inversiones por 7.000 millones de dólares anuales durante los próximos diez años. Pero para el 2016 se esperaban inversiones por 620 millones de dólares en exploración y 3.200 millones de dólares en producción, cifra que posiblemente no se cumplirá.

De no revertirse esta tendencia, en 2022 la producción petrolera del país podría ubicarse por debajo de los 400.000 barriles promedio diario (BPD), lo que significa que para poder completar las cargas de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja sería necesario importar crudo.

Este escenario implicaría un impacto en la balanza comercial, pues el país debería aumentar sus importaciones para poder producir los combustibles y demás productos procesados en las refinerías. Esta afectación generaría además efectos negativos en los indicadores macroeconómicos del país.

Una eventual pérdida de la autosuficiencia petrolera también afectaría las cuentas fiscales de la Nación, pues se comprarían en el exterior productos que cuando se producen en Colombia generan empleos, encadenamientos productivos, impuestos y regalías para la Nación y las cuentas regionales.

El país requiere de condiciones competitivas que impulsen la inversión. Estas pasan por contar con un régimen fiscal ajustado a la realidad colombiana y costos internos de operación que hagan viables las actividades del sector. Se requiere garantizar la estabilidad jurídica del país con reglas claras que generen confianza y certidumbre. El país debe garantizar las operaciones en territorio aplicando la ley cuando así se requiera y cumplir con tiempos rigurosos pero razonables para la realización de los trámites que requiere la industria. La Reforma Tributaria es una oportunidad para que Colombia pueda construir un régimen fiscal competitivo.

“De cumplirse con estas condiciones, la industria podrá seguir siendo un pilar para el crecimiento económico del país, para garantizar la seguridad energética e impulsar el desarrollo de las regiones de Colombia”, concluyó Lloreda Mera.

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