Oído atento a las comunidades, uno de los grandes retos de la industria

La cooperación entre todos los actores es clave para que el sector de un paso hacia un mejor relacionamiento en el territorio. Expertos aseguran que es necesario que las dinámicas empresariales estén a tono con las dinámicas sociales.
El momento coyuntural por el que atraviesa el país en materia de participación ciudadana y de las comunidades en temas de explotación de hidrocarburos ha abierto una puerta que refleja la importancia del diálogo entre los diferentes actores que intervienen en los procesos que realiza la industria petrolera, todo esto con el fin de establecer una relación armónica en los lugares de influencia. Esta premisa fue una de las discusiones centrales del conversatorio 'La industria extractíva y su presencia en los territorios: impactos socio ambientales, percepción y realidad' en el cual participaron expertos de diferentes áreas lo cual ayudó a conocer la dinámica desde distintos puntos de vista. Entre los protagonistas de la conversación que se llevó a cabo en el marco de la I Cumbre del Petróleo y Gas estuvo Fabio Velásquez, Presidente ejecutivo del Foro Nacional por Colombia; Rodrigo Suárez, director de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales -Anla-; Sorrel Aroca, gobernadora del Putumayo; Manuel Buitrago, Presidente de Gran Tierra Energy; y Moisés Wasserman, docente universitario e investigador.
Si bien es cierto que la industria extractiva trae múltiples beneficios a las regiones a través de programas de responsabilidad social y la repartición de regalías, los impactos ambientales son una de las preocupaciones que constantemente se ven reflejados entre los habitantes. Al respecto, el Presidente de Gran Tierra Energy explicó que es necesario construir confianza en el territorio, la cual se establece generando desarrollo sostenible y beneficios en las diferentes etapas del proyecto.
Además contó que la relación con el Putumayo, región en donde se encuentran algunas de sus operaciones, se centra en el diálogo constante, abierto y transparente con la comunidad y con las autoridades, en donde las invitan para que vean que no hay impacto. "Estamos seguros de que si uno pone en una balanza todos los riesgos y todos los beneficios, si se mira históricamente los estudios científicos, los beneficios siempre son superiores a los riesgos", añadió Buitrago.
Por su parte, la gobernadora Aroca aseguró que desde el departamento del Putumayo están trabajando para incentivar proyectos productivos paralelos al extractivista, enfocándose en la producción agroindustrial. "Hay una frase que se dice en mi territorio: 'sembrar el petróleo para que florezcan las regiones'. Es decir que en la medida en que crezca el petróleo también se desarrollan los departamentos y que estas empresas sean aliadas y coadyuvantes en un modelo de desarrollo que permita de manera equilibrada tener varias industrias, pero que no condenen a las poblaciones a imaginarios que no corresponden a las realidades porque a veces las personas se pelean por un puesto en dichas compañías".
En cuanto a los mecanismos que tienen las comunidades para participar en las decisiones que afectan o atañen a las regiones en materia minera y de extracción de crudo, el investigador Wasserman manifestó que lo que se está buscando con las consultas populares es sumamente equivocado porque "cuando se usa un procedimiento como este uno se arriesga a generar unos conflictos ya que se generan expectativas que no se pueden cumplir".
Así pues, este experto considera que la consulta popular es un instrumento inadecuado e ingenuo para decidir sobre la actividad extractiva en los municipios y los departamentos, el cual va a generar un conflicto por la insatisfacción de las personas que en su mayoría se oponen a la instalación de compañías de este tipo en los municipios. Pero la gran pregunta que rondó durante el desarrollo de la jornada tuvo que ver con la posibilidad de mantener un diálogo armónico entre los diferentes actores, a pesar de las diferencias y los intereses. Sobre este punto, el Presidente ejecutivo del Foro Nacional por Colombia aseguró que esto es necesario y cada vez existen más condiciones y hay más convergencia entre la mirada que tienen cada uno de los protagonistas sobre el tema territorial.
"Pero dialogar no es sentarse a conversar sobre cualquier cosa para decir cualquier cosa, el diálogo requiere preparación, información, confianza y condiciones propicias para superar las diferencias. La apuesta por el diálogo implica un proceso de preparación de la sociedad, de las empresas y del Estado", dijo Velásquez Como conclusión de la jornada, los participantes concertaron en que es responsabilidad de las empresas y el gobierno escuchar las peticiones de este grupo de interés, así como mediar y procurar el beneficio tanto para las personas, el medioambiente y las compañías. Todo esto con el fin de mitigar el conflicto con las comunidades por la falta de diálogo e incrementar las oportunidades para crear relaciones armónicas y duraderas que establezcan un gana-gana entre las partes involucradas en las actividades extractivas.
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