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El Sicom, una herramienta útil que hay que calibrar

El sistema de información de combustibles ha contribuido a ordenar el sector. El ministerio de Minas y Energía ha procurado mejorarlo, pero subsisten problemas por resolver.

Detrás de los cinco o 10 minutos que en promedio se puede demorar un conductor en tanquear uno de los casi 12 millones de vehículos que ruedan por las carreteras del país, hay una compleja cadena de distribución de combustibles líquidos, de la que las estaciones de servicio son la cara que ven los conducto- res, pero en la que interactúan muchos más agentes. Para que esta actividad funcione de manera adecuada, hay una regulación vigente que parte del Decreto Único Reglamentario del Sector Administrativo Minas y Energía, actualizado en mayo de 2015 y cuya principal herramienta de información y control es el Sistema de Información de Combustibles Líquidos, Sicom.
Con base en lo establecido por el Plan Nacional de Desarrollo, esta herramienta -que este año cumple 10 años de operación- organiza, controla y sistematiza la comercialización, distribución, transporte y almacenamiento de combustibles líquidos derivados del petróleo, alcohol carburante y biodiésel, y establece los parámetros que deben seguir los importadores, refinadores, almacenadores, distribuidores mayoristas, transportadores por poliductos, estaciones de servicio para carros y aviación, estaciones marítimas, comercializadores industriales y grandes consumidores que tienen instalaciones de suministro fijas o temporales, para desarrollar su actividad. Para la industria, el Sicom ha sido una herramienta útil que permite organizar todos los componentes de la cadena de los combustibles líquidos del país. De hecho, la regla- mentación vigente de este sistema se construyó con los aportes de las empresas del sector agremiadas en la ACP.
Según Mónica Albornoz, gerente de ventas de combustible al detal de Chevron, que opera la marca Texaco, a través de la página web del Sicom, el cliente, es decir, la estación de servicio, monta su pedido y a través de este medio los distribuidores mayoristas tienen acceso a la información, con lo cual despachan y facturan el volumen de gasolina o Acpm requerido. Para poder estar activo en el sistema, cada agente tiene un código que se mantiene vigente siempre y cuando las estaciones de servicio o gasolineras, como se les conoce popularmente, certificadas por un organismo acreditado para tal fin, cumplan con unos requisitos básicos como la licencia de construcción, el permiso de vertimientos por parte de la autoridad ambiental, el concepto técnico de ubicación por parte de las entidades del sector transporte (Invías o Agencia Nacional de Infraestructura), el contrato con el distribuidor mayorista, una póliza de responsabilidad civil extracontractual y el certificado de existencia y representación legal, más la correspondiente matrícula mercantil.
Para operar en el Sicom, cada agente tiene un código que lo habilita y cuya vigencia no solo depende de mantener vigente la documentación, sino de cumplir procedimien- tos como el registro de las transacciones desde su inicio hasta su finalización, a través de una gestión de órdenes; el cambio de distribuidor mayorista; el reporte de los volú- menes mensuales de los productos (balance volumétrico); los precios cobrados y el registro de las facturas por parte de los mayoristas, entre otros.

Herramienta para ordenar el mercado
Aunque el objetivo inicial del Sicom es generar información para la toma de decisiones públicas y privadas, la mayor exigencia del cumplimiento de los controles y obligaciones, a partir de la resolución 31348, expedida el 24 de julio de 2015, ha generado traumatismos y distorsiones en el mercado de los combustibles.
De acuerdo con Albornoz, si bien el Sicom es una herramienta que permitió ordenar un mercado en el que había mucho combustible ilícito, en la práctica se ha vuelto un esquema burocrático, pues se incrementaron las causales para el bloqueo del código de operación.
Albornoz y representantes de otros agentes de la cadena, coinciden en afirmar que los inconvenientes más representativos están relacionados con los trámites que las estaciones de servicio deben adelantar ante otras entidades oficiales. Explican que no hay respuesta oportuna de las autoridades ambientales o del sector transporte ante la necesidad de las gasolineras de tener los documentos solicitados para evitar el bloqueo, por lo que un trámite puede quedar en el limbo, a la espera de la definición de un permiso de vertimientos o de un concepto técnico vial.
Julio César Vera, vicepresidente de Combustibles de Gulf Colombia, señala que esta falta de coordinación institucional genera una gran afectación, ya que mientras el Sicom establece unas pautas precisas, en las demás entidades no hay reglas de juego ni tiempos establecidos para gestionar las solicitudes. Incluso, esta lentitud ya comenzó a afectar las certificaciones anuales que dan las entidades a cargo de este visto bueno, pues los problemas en los permisos han comenzado a retrasar la emisión de los certificados, lo que genera el bloqueo en la plataforma.
Si bien el Sicom es una herramienta que permitió ordenar un mercado en el que había mucho combustible ilícito, en la práctica se ha convertido en un sistema difícil de manejar dada la falta de coordinación entre las entidades que intervienen en el sistema.
Otro factor que ha generado malestar, son los bloqueos por el trámite fuera de tiempo de las órdenes, aprendizaje que le ha costado al sector más de lo esperado, inicialmente porque no existía la cultura de hacerlo rápido o porque muchos comerciantes no dominaban la tecnología, o no tenían el personal o la disciplina para hacer el proceso.
Álvaro Younes, presidente de la Federación Colombia de Distribuidores Minoristas de Combustibles y otros Energéticos (Fedispetrol), dice que hay que reflexionar sobre situaciones como el bloqueo que en una ocasión del año pasado tuvo 2.800 estaciones de servicio, originado principalmente por causas ajenas a los distribuidores.

Ajuste progresivo
Según el ministro de Minas y Energía, Tomás González, en el último año se ha trabajado mucho con los agentes porque la entidad no quiere bloquearlos sino que cumplan, y no se quiere desactivarlos, salvo que haya una razón de fondo.
Al señalar que en 2015 se expidió la resolución quitando algunas causales de bloqueos, el funcionario aclaró que se ha adaptado el Sicom para que se puedan hacer más rápido las consultas. “Esta es realmente la herramienta para hacer seguimiento y control a lo que está pasando en la cadena de combustibles”, indicó tras reiterar que el Sicom es una herramienta de transacciones y que nunca, cuando no se han cumplido los requisitos, los distribuidores han podido transar.
Por su parte, Younes insiste en que el trabajo conjunto tiene que poner de presente que el bloqueo a la estación es el último recurso, pues equivale a que una panadería no pueda vender el pan que acaba de amasar y hornear.
Chevron recalca que ha habido mucha comunicación, pero las cosas no se han resuelto, ya que al ser un negocio de 24 horas, cualquier traumatismo se siente mucho en las ventas.
Según estos agentes del mercado, uno de los temas que hay que resolver con agilidad, es el de los cupos en las zonas de frontera, ya que en el caso de Ecuador, con el aumento del dólar, los cupos en Nariño se han acabado antes del mes, y si el agente no tiene el pro- ducto, termina comprándoselo a un industrial.
De acuerdo con Julio César Vera, vicepresidente de Combustibles de Gulf, el reto principal es volver a hacer que el mercado le crea al Sicom, porque es un sistema que produce información clave para la toma de decisiones y porque no saca del mercado a ningún distribuidor.

El sistema que ordenó la cadena de combustibles
El Sistema de Información de Combustibles Líquidos (Sicom) es una herramienta tecnológica que surgió en el año 2006 para agrupar a los agentes de la cadena de distribución de combustibles, organizando y controlando la comercialización, distribución, transporte y almacenamiento de gasolina y acpm, al igual que el alcohol carburante y biodiésel.
La plataforma surgió en un momento en el que se necesitaba poner en cintura el contrabando de estos productos, a través de la expedición de un código único para cada agente, que le permita operar siempre y cuando tenga al día permisos y demás documentos, así como que haga una gestión diaria de las ventas de hidrocarburos.
Entre otros, los distribuidores minoristas y mayoristas deben reportar los inventarios y los volúmenes recibidos, pero también llevar un control periódico de las órdenes, que inicia en la solicitud, pasa por la aceptación de la misma, el despacho y el cierre de cada transacción.
El Sicom es operado por la Dirección de Hidrocarburos del Ministerio de Minas y Energía, y les permite a los agentes mayoristas despachar sus productos de forma segura y controlada, pues cada mes se reportan las estaciones de servicio autorizadas y las que están certificadas para operar.
Además, el sistema es una herramienta útil para hacerles seguimiento a los precios de los combustibles en las diferentes zonas, herramienta que no solo es útil para los consumidores, sino que permite a los inversionistas del sector tomar decisiones a la hora de abrir, cerrar, ampliar o reubicar estaciones de servicio.En el Sicom los agentes de la cadena de combustibles también pueden consultar ayuda didáctica para las gestiones diarias de su operación, así como los pasos para cambiar la clave o registrar un cambio de operador, entre otras.

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