Siguiendo la tradición de años anteriores, la Asociación Colombiana del Petróleo como representante gremial de las empresas del sector, presenta el Informe de Gestión Social en el cual se dan a conocer los principales aportes de la industria al desarrollo social de las comunidades durante 2016. Para esta versión del informe se contó con la información de 34 empresas dedicadas a las actividades de exploración, producción y transporte de hidrocarburos, las cuales representan el 97% de la actividad nacional.
Gracias a esta información, el informe cuenta con datos certeros y confiables que dan cuenta de los niveles de contratación local, los recursos destinados para el desarrollo de proyectos sociales, la compra de bienes y servicios locales y el desarrollo de infraestructura vial. De hecho, como los informes han registrado el comportamiento de estos indicadores durante los últimos siete años de actividad del sector, la información incluida a continuación permite tener una trazabilidad que hace posible comparaciones del comportamiento de estas variables en los últimos cinco años.
En términos generales, desde 2012 las empresas han generado en promedio 115 mil puestos de trabajo al año, de los cuales el 70% son ocupados por mano de obra local procedente de las zonas de operación. Ello es importante bajo el entendido que la generación de empleo a nivel local es uno de los principales motores que impulsan las economías locales. En cuanto a la inversión social, las empresas han invertido $2,6 billones para el desarrollo de proyectos enfocados principalmente en el desarrollo productivo, educación, fortalecimiento comunitario y fortalecimiento institucional, entre otros.
Sin embargo, a pesar de estos aportes, la industria enfrenta importantes retos. Por un lado, ante la disminución de recursos, es necesario buscar apalancar esfuerzos provenientes de otros sectores de la economía, entidades públicas, organizaciones bilaterales y multilaterales, así como, hacer uso de los diferentes instrumentos y mecanismos que ha dispuesto el Gobierno Nacional para el impulso del desarrollo social en el marco de la implementación de los Acuerdos de Paz.
Por otro lado, es necesario pensar en el desarollo de proyectos sociales que trasciendan las fronteras de las áreas de influencia, con el fin de generar emprendimientos que tengan un mayor impacto y beneficien tanto a las comunidades aledañas a las operaciones como a otras zonas de la región, para así ampliar el impacto, la sostenibilidad y la percepción positiva de los beneficios que aporta el sector al país.
En una línea similar a los montos de inversión social, desde 2012 la industria ha realizado inversiones por más de $1,3 billones para la construcción y mantenimiento de infraestructura vial, lo cual ha impulsado el desarrollo y la conectividad de las veredas con las cabeceras municipales y los municipios con regiones vecinas; es decir, se han abierto caminos para procurar la conectividad de los colombianos.
Además de estos aportes, las empresas han realizado compras de bienes y servicios por más de $100 billones, de los cuales $53,5 billones se han hecho a nivel local. En efecto, realizar más del 50% de las compras en las regiones no sólo es producto de la vinculación local que realizan las empresas para el desarrollo de sus operaciones, sino también es el resultado del trabajo que ha venido realizando para fortalecer a los proveedores locales, a través de programas de capacitación y cualificación. De hecho, uno de los principales aportes del sector es el incremento de la competitividad regional y la capacidad instalada que está dejando en los territorios, la cual puede ser utilizada por otros sectores económicos.
Ahora bien, al revisar los resultados específicos de 2016, se evidencia una disminución en los diferentes indicadores de la gestión social que este informe ha venido analizando. Esta dinámica se debe principalmente a la caída de los precios internacionales del petróleo, que alcanzaron mínimos históricos en los últimos diez años, generando una reducción de los montos de inversión de las empresas y de las actividades del sector.
Si bien 2016 estuvo marcado por las consecuencias derivadas del continuo descenso de los precios del crudo, que representó retos para el sector y el país y una dismunición de las actividades, las empresas realizaron importantes esfuerzos por mantener los niveles de contratación local, lograr el cumplimiento de los compromisos de inversión social adquiridos, generar inversión relevante en las regiones y abrir espacios de relacionamiento con los grupos de interés.
En concreto, durante 2016, se emplearon a más de 78 mil personas, de las cuales el 67% es mano de obra calificada y el 33% restante mano de obra no calificada, siendo esta última contratada en su totalidad a nivel local dando cumplimiento a la normatividad expedida por el Ministerio de Trabajo para la gestión laboral del sector.
En cuanto a inversión social se finacieron proyectos por cerca de $147 mil millones, los cuales estuvieron enfocados a eduación, vivienda y apoyo de proyectos productivos. Al igual que en años anteriores la mayor proporción de la inversión se deriva de aportes voluntarios o apalancados como parte de las políticas de responsabilidad social, cuidadanía corporativa o de sostenibilidad. Sumado a estos montos, está la inversión en infraestructura vial la cual fue de $104 mil millones en construcción y adecuación de vías, principalmente en vías terciarias y secundarias. Respecto al monto de compras de bienes y servicios, este estuvo alrededor de los $13 billones, entre compras nacionales y locales.
De la mano de estos aportes y los espacios de relacionamiento, la industria de los hidrocarburos se constituye como aliado estratégico para el desarrollo del país y las regiones. Si bien, las empresas no reemplazan al Estado, estas sí se han convertido en actores clave no sólo para impulsar el progreso, sino también para fortalecer la institucionalidad y la competitividad de los municipios y departamentos donde se llevan a cabo las actividades.
A pesar de lo anterior, se han ampliado las manifestaciones de rechazo a la presencia de la industria. En algunos casos, especialmente en regiones dónde aún no hay operaciones del sector, se tiene poca información sobre los impactos positivos, una situación que también se detecta en algunas zonas con tradicional presencia de actividades de exploración y producción. Esto último es particularmente preocupante, y requiere un mayor esfuerzo del gremio y de las empresas en responder de manera oportuna, transparente y veraz a las preocupaciones, los requerimientos las inquietudes y las solicitudes de las comunidades. Así mismo demanda una mayor presencia institucional que permita resolver las diferentes preguntas que existen alrededor de la industria.
Precisamente para promover la transparencia y el acceso a la información verídica sobre la industria este Informe además de publicar los principales aportes que realiza el sector visibiliza cómo esta industria aporta al desarrollo del país.
